Independientemente de la popularidad que está alcanzando el pellet del que venimos hablando últimamente en el blog, tradicionalmente la madera ha sido el combustible más empleado para la alimentación de estufas y chimeneas. Aunque normalmente en una buena estufa cualquier madera arde bien, para fuegos abiertos no todas las maderas son apropiadas. Por eso queremos ayudarte a elegir aquella madera que mejor se adapta a los requisitos de tu chimenea.
Las características naturales y la calidad de la madera empleada en la combustión inciden en el poder calorífico y en el rendimiento del propio fuego de tu chimena.
En primer lugar, deberás saber que no es conveniente emplear leña recién cortada ya que estará fresca y húmeda. Es mejor que la almacenes durante algún tiempo antes de usarla para que seque. Por eso te recomendamos que seas previsor y almacenes cierta cantidad de leña antes de la llegada de la época de frío. Las dimensiones óptimas serían unos 50 cm de largo, y entre 10 y 15 cm de grosor, ya que debemos tener en cuenta que la leña pequeña arde muy rápido, mientras que un cierto grosor te asegura una temperatura contante.
Chimenea de leña Foxi de Traforart
A partir de ahí hay que tener en cuenta una serie de aspectos en cuanto a la procedencia de la leña, ya que no todas las maderas arden de la misma forma.
Si es posible, deberás evitar la madera de las coníferas, que no deja salir fácilmente el gas que se forma en el interior del leño. Por tanto puede pasar que el trozo de leña al calentarse produzca una gran cantidad de gas que finalmente busque el camino hacia el exterior. En esta crepitante explosión de gas se expulsa un gran número de astillas ardientes que a veces pueden llegar a una distancia de varios metros del fuego. Estas chispas pueden resultar peligrosas para las alfombras, muebles y la ropa de las personas que están sentadas cerca de la chimenea. Aquellas personas que no deseen prescindir del temperamento de la leña de las coníferas deberían proteger su salón del fuego mediante las rejillas correspondientes.
La madera de los árboles frondosos, sin embargo deja salir con más facilidad el gas que se forma en el interior del leño. Por tanto se produce con menos frecuencia una expulsión de chispas. Si desea un fuego con mucha luz y que crepite puede utilizar leña de roble, fresno o acacia falsa. Cuanto más caliente sea el fuego, más rápido se producirá gas en el interior del leño. Si este gas no puede salir también se producirán expulsiones de chispas en la leña de árboles frondosos. La constitución de la madera de los árboles es tan personal como la constitución de las personas y la naturaleza siempre puede sorprendernos: por tanto, un fuego de chimenea abierta debería estar siempre vigilado.
Un combinado de las mejores maderas para la chimenea será la mejor alternativa, con :
* Madera de abedul por su corteza blanca
* Madera de haya (o de arce o árboles frutales) por lo que calientan
* Madera de fresno y de roble por sus llamas vivas y crepitantes
Vía: Stihl