Al hablar de ventanas ojos de buey la primera imagen que se nos viene a la cabeza es un barco, pero lo cierto es que las ventanas redondas llegaron mucho antes a la arquitectura que a los buques. Aunque en aquel entonces aún no se conociesen como ese nombre.
Las ventanas tipo ojo de buey son hoy muy utilizadas, tanto en casas particulares como en edificios. Son perfectas para cualquier rincón, ya sea para darle un toque decorativo o para conseguir mayor luz y ventilación en lugares donde otro tipo de ventana sería difícil de colocar.
Existen diferentes tipos de ojos de buey según su forma de apertura:
Fijo. Es el tipo más sencillo y no permite su apertura.
Mitad abatible. Quizás el más tradicional. El cristal se divide horizontalmente por la mitad, siendo abatible una de las dos partes, mientras que la otra es fija.
Dos hojas abatibles. En este modelo las dos partes del cristal se pueden abrir de forma independiente.
Basculante. El cristal da la vuelta completa. Este es el modelo más popular hoy en día por su adaptabilidad. Permiten su total apertura y además simplifican enormemente la labor de limpieza.
La industria ha avanzada mucho en este campo y ahora ofrece un producto de calidad, con un diseño y estética actuales y, sobre todo, de máxima funcionalidad. Los ojos de buey están disponibles en una amplia gama de colores, incluso en acabados con imitación madera. De esta forma se pueden adaptar perfectamente a cualquier decoración.
Un ojo de buey puede además convertirse en la ventana principal de cualquier estancia, pues ya no existen únicamente en pequeño tamaño (habituales en los barcos), actualmente puedes encontrar este tipo de ventana con un diámetro de más de un metro.